Mis lactancias han sido... espectaculares

Hola a todos y todas, ¡inauguramos sección en el blog! Y os invitamos a participar en ella, porque nos parece hermoso y enriquecedor leer las vivencias y las experiencias de lactancia de otras madres, sean las que sean, duren lo que duren… de todas ellas podemos aprender algo. Ahí va la primera:

“ Desde que tenía unos 15 años, quizá menos, sabía que si algún día era madre quería dar el pecho a mis hijos.Yo no fui amamantada ni tengo hermanos, así que a pesar de tener pocos referentes y que solamente había visto amamantar una vez, lo tenía muy claro.
Lo tenía muy claro, pero nunca creí necesario buscar más información, ni leer nada, ni hacer nada especial. Y así fue que con ese convencimiento y con 23 años me quedé embarazada. Sabía que existían grupos de apoyo a la lactancia, me sonaba el nombre de la Liga de la Leche, pero pensé que a los grupos debía acudir después de parir ¿Qué hace una mujer embarazada en un grupo de apoyo? ¡Gran error de primeriza el mío!


Así que con cero información y muchas ganas nació Maria. Las dos pagamos todo mi desconocimiento y no me dejaron hacer piel con piel tras su nacimiento, la separaron de mí toda lo noche y recibía consejos de lo más absurdos: “no la cojas tanto en brazos que es pequeña pero no tonta (el ginecólogo)”, “Te voy a hacer una receta de leche artificial porque ahora todo te va genial pero vete a saber qué te pasa mañana (el pediatra)", “esta niña come demasiado (mi madre)”
Enamorada de mi hija y sorda a la mayoría de comentarios mi hija engordó casi 700 gramos su primera semana de vida.


La primera duda llegó a los 17 días de vida de Maria. ¡Mi hija se había vuelto loca y no dejaba de mamar! Todo el día quería estar agarrada al pecho, no poría hacer otra cosa que amamantarla, si no lo hacía lloraba como una posesa ¿¡Qué demonios pasaba!?
Llamé a mi madre entre sollozos, estaba desesperada y nerviosa; y mi madre (que de lactancia sabía lo mismo que yo o menos a pesar de ser bióloga) me dijo que seguramente la niña necesitaba más leche de la que yo le podía fabricar, que la niña era “de vida” y que ya había estado dándole 17 días leche materna y ya había cumplido, que me fuera a buscar a la farmacia la leche que me había dicho el pediatra.


Me dolía el alma y el cerebro de pensar, no podía, no quería dejar la teta... Y me acordé de los grupos de apoyo a la lactancia. Busqué como loca la información ¿Dónde lo había leído? Di con los números de la Liga de la Leche en Barcelona, pero nadie me atendía, estaba desesperada y contando las horas para que la farmacia subiera la persiana... Al lado del teléfono de la Liga había otro: ALBA LACTANCIA. No tenía nada que perder y con todo el miedo y mi timidez me armé de valor y llamé. Me dijeron que ese teléfono no era y me dieron un número de un teléfono móvil. Llamé y en escasos 5 minutos sabía que Maria estaba perfectamente, que tenía “solamente” una crisis de lactancia, que podía seguir amamantando y que al día siguiente podía ir a ver a las asesoras al grupo de apoyo...
Informé a mi madre que su nieta tenía una crisis de crecimiento y que al día siguiente iba a ir a ver a esas chicas del grupo. Me dijo que fuera pero que no firmara nada, que esos grupos tenían muy mala fama…


Y pese al miedo y a no saber qué iba a encontrar me presenté en el grupo. Estuve tensa, creo que no hablé más de dos o tres palabras: sí /no y poco cosa más. Pero volví a casa poderosa, fuerte, segura y FELIZ.

Pasaron los meses, plácidamente, porque he de decir que mis lactancias han sido fáciles, no he tenido nunca nada de nada... A los dos años y medio le pregunté a Eulàlia Torras qué tenía que hacer para ser asesora y así fue como en pocos meses me formaba plenamente como asesora de lactancia y estaba lista para abrir mi grupo de apoyo. Maria mamó hasta los tres años y medio; se destetó ella misma sin más… nuestra lactancia acabó silenciosa y prudente...

Y sí, abrí mi grupo de apoyo pero no sin miedo y dudas ¡Imaginad que iba al grupo con la carpeta con los apuntes del curso!
Al año de tener el grupo abierto me quedé de nuevo embarazada y esta vez tenía toda la información en mi mano, o eso creía ¡Inocente de mí!
El parto de la pequeña fue muy diferente y lo disfruté muchísimo, no me dejé estropear el momento y conseguí todo lo que quería.
La lactancia empezó sin problemas y seguía sin problemas, pero yo estaba obsesionada, aplicando todos mis conocimientos en mi hija, no la miraba como madre, la miraba como asesora; y los árboles no me dejaban ver el bosque. Mis conocimientos no me permitían disfrutar plenamente de la lactancia porque siempre, y a pesar de no tener problema alguno, a todo le veía un “pero”… No os puedo decir cuánto duró esta angustia pero si el día que terminó.

Un día desayunando con una amiga que también se había formado para ser asesora le conté todo lo “mal” que la pequeña mamaba: boca pequeña, se soltaba en 5 minutos… Y mil historias más. Ella me escuchó sin decir nada hasta que terminé de lloriquear, me miró y me preguntó: ¿Qué tal va la lactancia?

¿Cómo???? No me había escuchado en todo el rato o qué????
Supongo que mi cara era un poema y ella siguió: ¿Tienes dolor? ¿La niña gana peso? ¿La niña está feliz? Solamente podía afirmar y negar de manera silenciosa y con movimientos secos de cabeza a sus preguntas según correspondía...

¡Pues deja de mirar todo lo que supuestamente hace mal y mira TODO lo que hace bien! Deja de ser una asesora y mírala como madre”

Touché!

Gran error, mi ojo crítico me nublaba la posibilidad de disfrutar de nuestra lactancia.
Ese día marcó una inflexión en nuestra lactancia y en mi formación de asesora y me permitió (nos permitió) disfrutar de una lactancia de 60 meses, plácida, feliz y sin ningún tipo de dificultades. Porque nadie me había dicho que antes de ser asesora debía ser madre y disfrutar de la lactancia es algo que debemos esperar y recomendar, el placer de amamantar sin más.

Después quise saber más y decidí que me tenía que sacar el IBCLC, pero eso ya es otra historia… Soy madre desde hace 15 años y no soy madre lactante desde hace 6 años pero sigo apasionada por la lactancia, por ayudar y por ofrecer a las madres información y apoyo si lo necesitan.

Alba Padró (madre de Maria de 15 años y de Abril de 10 años)




Alba Padró, asesora de lactancia e IBCLC.

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Comentarios

  1. Me ha gustado mucho tu participacion porque me he sentido muy reflejada.ya llevo 4meses de lactancia.camino de los 5 y al principio fue una experiencia dura porque me dolia bastante.
    Yo nunca tuve claro lo de dar el pecho. Yo pensé que todo seria sobre la marcha y q la verdad es q nunca pensé llegar ni a los 3 meses asiq estoy feliz de continuar con ello. Mi madre tambien es de esas que si por ella fuera estaria corriendo a la farmacia a por leche porque sobre todo cuando la tiene ella quiere "horarios y cantidades fijas" , dice"estoy cansada de la lactancia a demanda". Tocate los pies!!! La q le da pecho y se saca leche soy yo!!!!!! En fin... Aqui seguimos cual pack y felices.

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