Las 6 situaciones de emergencia más comunes en la lactancia

Autoeficacia durante la lactancia

Cuando una madre tiene dificultades en su lactancia y la situación es complicada es muy posible que sienta ganas de tirar la toalla inmediatamente. Además la mayoría de complicaciones (Ley de Murphy) se producen a mitad de la noche, cuando no hay ningún grupo de apoyo activo o en plenas vacaciones de verano o Navidad cuando parece que todos los que te pudieran ayudar están fuera de juego.

Hoy en Espacio Lactancia os ofrecemos una guía pensada para las situaciones de emergencia. Queremos dar herramientas para que la madre sea autosuficiente en momentos complicados y pueda capear el temporal hasta que llegue la ayuda.

“Me duele mucho”

Cuando el dolor que sientes es terrible, no quieres que el bebé se despierte porque tienes pánico que te vuelva a pedir pecho. Quizá tienes heridas o quizás no hay ninguna grieta visible pero el dolor es siempre agudo, persistente y limitante… Aquí te ofrecemos ideas para soportar el dolor mientras encuentras asesoramiento.

¿Qué hacer?
  • Aunque sea muy intenso o no conozcamos la causa del dolor y aunque tengamos ganas de que el bebé no mame es necesario seguir sacando leche del pecho para que la situación no se complique y no derive en algo peor. Dejar leche dentro del pecho puede comportar aún más dificultades, así que vamos a ver qué opciones tenemos sin comprometer la lactancia:
  • Puedes tomar antiinflamatorios y analgesicos para que el dolor ceda. Los analgésicos y antiinflamatorios habituales (los que tenemos en casa para otras dolencias) son compatibles con la lactancia. Si tienes dudas consulta e-lactancia.
  • Valora los dos pechos: ¿Duelen igual? ¿Uno más que el otro? Si en uno tienes menos dolor puedes amamantar de ese y extraerte leche del más doloroso. Normalmente la extracción manual o con sacaleches se tolera mucho mejor que el agarre del bebé.
  • Si cuando mama los dos pechos te duelen igual, puedes intentar diferir la lactancia: sacarte leche y dársela con un método de suplementación poco invasivo: jeringa-dedo, vaso, cuchara...
  • Prueba posturas diferentes; en especial las ventrales: el bebé debe estar sentado en tu regazo, recostado sobre tu cuerpo. Agarra el pecho con la mano en forma de C, dejando el dedo gordo encima de la areola y apretando un poquito. Así el pezón se dirige hacia el techo y cuando el bebé mama tiene un agarre más profundo. Muchas veces en esta postura y manteniendo el agarre del pecho el dolor disminuye.
  • Intenta amamantar con una pezonera del tamaño adecuado, el dolor puede ser menos intenso.

"No se agarra"

Hay muchas situaciones que pueden causar que el bebé no quiera mamar, necesitamos entender por qué lo hace:

  • Si es muy pequeño (2-3 días): ¿Cómo está la areola? ¿Está inflamada, dura?... Si el pecho está muy lleno: aplicar la técnica de presión inversa suavizante.
  • Estado del bebé: enfadado, relajado, dormido, inquieto… Si está demasiado enfadado no va a poder mamar.
  • ¿Tiene la nariz tapada, mocos o congestión?
  • ¿Ha pasado algo concreto?: un mordisco, un susto, le han puesto una vacuna mientras mamaba...
  • ¿Está enfermo o tiene úlceras en la boca?
¿Qué hacer?

Si crees que la dificultad de agarre puede estar producida por tu pecho o por el estado de tu pecho intenta:

  • Aplica los masajes de presión inversa suavizante en el caso que el pecho esté muy duro y congestionado.
  • Intenta posturas diferentes a las habituales.
  • Si se trata de una mastitis (sale menos leche y está más salada) vacía con sacaleches y ofrece el pecho no afectado.
  • Usar una pezonera puede ser de gran ayuda en bebés que presentan dificultades para mantener la succión o que han tomado biberón.
  • Si crees que puede tener mocos o estar resfriado dale el pecho en posturas ventrales.
  • Si está llorando intenta que se calme un poco primero, llorando no pueden mamar.

Si crees que ha sido por un susto o por dolor del bebé:

  • Os podeis meter en la bañera: luz suave, agua caliente y relax total. La intención no es poner al bebé a mamar, se trata de crear un ambiente íntimo y relajante.
  • En bebés más mayores se les puede hacer reír a carcajadas, en ocasiones realizan algo así como un “reset” mental y se agarran de nuevo.
  • Sacarte un poco de leche y ofrecerla al bebé para que se calme e intentar de nuevo una aproximación al pecho.

En todo caso si el bebé no se agarra y no quiere o no puede mamar será necesario diferir la lactancia para que se siga alimentando. Y en ningún caso se puede esperar a convencerlo por hambre ni forzarlo a mamar.

“No se despierta”

Esta situación se suele producir especialmente en bebés pequeños a los que les cuesta despertarse para mamar. Siempre decimos que la lactancia funciona a demanda pero los bebés pequeños deben hacer en 24 horas un mínimo de 8 a 12 tomas. Si no lo cumplen es necesario despertarlos para que coman.
Recordad que hay que marcar la demanda en bebés que: no aumentan de peso, están enfermos o son prematuros.

¿Qué hacer?
  • Colocar al bebé en contacto piel con piel (real). De esta manera no va a tener un gasto metabólico añadido, ya que el calor del cuerpo de su madre mantendrá estable su temperatura.
  • Observar al bebé y esperar las primeras señales de hambre.
  • Si el bebé no se despierta marca el ritmo de tomas, mínimo cada dos hora de día y cada tres de noche
  • Si no es capaz ni de agarrar el pecho, extráete leche y dale la leche en diferido (vaso, dedo-jeringa, biberón), en las cantidades que necesite.

"No tengo leche" / “Me he quedado sin leche”

Este mito es uno de los más repetidos y temidos, quizás cierto en algunos casos, pero hay que valorar todas las opciones. No es lo mismo una madre que ya lleva meses lactando que una madre con un bebé pequeñito que hace muy pocos días que ha empezado a dar el pecho.

¿Qué hacer?

Si es pequeño y lo que no tenemos/ sentimos es la subida de leche:

  • Comprimir el pecho y ver de qué color es el líquido. Si es blanco es leche, si es amarillo es calostro, el calostro más allá de las 72 horas puede indicar que hay alguna dificultad para que se produzca la subida de leche, normalmente puede ser una retención de placenta o algún tipo de problema hormonal.
  • Si han pasado más de 72 horas hay que valorar si el bebé necesita leche artificial.
  • Observar el pecho: ¿Ha habido modificaciones? ¿Está caliente? ¿O está igual que antes del parto?
  • Si el bebé pierde peso o no gana hay que suplementar con leche artificial.

Con niños mayores:

  • ¿Has tomado ningún medicamento? Hay antihistamínicos que reducen la producción de leche.
  • ¿Puedes estar embarazada?
  • ¿Has tenido una mastitis?
  • ¿Has estado enferma con alguna enfermedad gástrica?
  • ¿Has tenido un susto o un disgusto?*

Si el bebé necesita comer y depende en exclusiva de la leche materna hay que ofrecer suplementos de leche artificial hasta que sepamos la razón de la escasa producción.

* Los sustos y los disgustos pueden bloquear temporalmente el reflejo de eyección de la leche (dificultan que la leche salga del pecho) pero no modifican la producción.

"Tengo demasiada leche"

Parece extraño pero hay madres que tienen demasiado leche y lejos de ser una bendición puede ser una condena ¡Tener los pechos como cántaros muchos meses es insoportable!

¿Qué hacer?
  • Si sucede al principio de la lactancia se trata de una situación habitual y poco a poco se regulará.
  • Ayuda aplicar frío para bajar la congestión que va asociada a la subida.
  • Si la leche sale a chorro y el bebé se atraganta adoptar una postura reclinada hacia atrás.
  • Se puede ayudar al bebé si una vez experimentada la subida de leche se deja salir la leche inicial a chorro y en cuanto afloje colocar al bebé.
  • Si la sobreproducción persiste más allá de los tres meses habría que hacer una analítica hormonal completa.
  • Las píldoras anticonceptivas pueden ser una solución para conseguir regular la producción de leche.

"Mama demasiado"

Esta situación es muy angustiosa, los bebés “lapas” pueden llegar a desgastar las ganas de seguir con la lactancia

¿Qué hacer?
  • ¿Ha recuperado el peso del nacimiento? Si no lo ha recuperado, ojo, puede ser una demanda por hambre atrasado
  • ¿Puede ser una crisis de crecimiento?
  • ¿El bebé está enfermo? Los bebés enfermos siempre maman más

Los aumentos de demanda suelen ser temporales y duran unos días, así que la paciencia es la mejor aliada.

Madre dando de mamar a su bebé

Alba Padró Arocas, asesora de lactancia e IBCLC para Espacio Lactancia

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