Los bebés tienen muchas necesidades, entre ellas las emocionales. Gracias al porteo y sus beneficios, podemos atender esas necesidades de manera natural y fácil.
Pero… ¿qué es exactamente el porteo?
El porteo ergonómico es una manera de transportar al bebé o al niño estando en contacto con la persona adulta que portea. Se le denomina ergonómico por qué se basa en el respeto integral de la posición del bebé, teniendo siempre en cuenta las necesidades de cada etapa de desarrollo. Este porteo se puede hacer con una mochila ergonómica o con un fular de porteo.
Puede parecer que el porteo es algo reciente, pero nada más lejos de la realidad. En realidad el porteo es tan natural y tan antiguo como la misma especie humana. Somos mamíferos y sólo es necesario observar a los primates para darnos cuenta como portean a sus crías y cuánto parecido hay con los humanos.
El porteo de nuestro bebé nos regala miles de beneficios. Nos ayuda en esos primeros momentos de vida del bebé favoreciendo el vínculo, así como la atención a cada una de sus necesidades básicas, acercándonos así a la crianza con apego que tanto bien hace al núcleo familiar.
La crianza con apego favorece en la lactancia materna y los lazos afectivos entre bebé y madre o padre. También ayuda al descanso de toda la familia, facilita la conexión con el bebé y así entender mejor sus necesidades y otorga un papel principal en la crianza a ambos miembros de la pareja.
La proximidad con el bebé es clave en los primeros meses.
Vamos a ponernos por un momento en la piel de un bebé recién nacido. Son sus primeras horas fuera del útero de su madre, empieza a conocer el mundo exterior y a notar todo lo que el entorno le regala.
Nuevos sonidos, nuevos olores y sobretodo nuevas sensaciones corporales. El bebé lleva nueve meses en un entorno húmedo, cuidado, seguro y en constante contacto con su madre. De repente sale al mundo y muchas veces se encuentra sin esa contención conocida, percibe que algo a su alrededor falta. Falta ese contacto, ese piel con piel.
Un recién nacido necesita contacto. Necesita sentirse seguro y saber que no le va a pasar nada. En esa etapa, el bebé va a demandar atención, mirada y tacto de manera continua. Es lo que llamamos la etapa ocular, donde el bebé recibe toda la información del mundo que le rodea a través de la vista cercana, el olfato o los sonidos. Es una etapa altamente sensorial que va desde el momento de la gestación hasta los nueve meses de vida.
¿Porqué el porteo es una continuación natural a la gestación?
La antropóloga Wenda Trevathan estudia la evolución de la gestación y el nacimiento en los humanos. En sus investigaciones explica que hasta los nueve meses de vida los bebés viven una segunda gestación conocida como exterogestación.
Cuando nuestros antepasados se pusieron de pie y empezamos a caminar sobre las dos piernas, las pelvis de las hembras se estrecharon (dando lugar al fenómeno conocido como dilema obstétrico) y llevó a que el bebé naciera antes de lo que pasaba con anterioridad. De haberse seguido con una gestación más larga, el tamaño cerebral de los bebés habría sido incompatible con el nacimiento por el canal de parto.
Por este motivo, los bebés cuando nacen solo tienen desarrollado el 25% del cerebro. Durante los primeros meses de vida su crecimiento es muy rico ya que se van a asentar las bases de su aprendizaje futuro.
¿Qué podemos hacer como madres y padres para asegurar un desarrollo óptimo en nuestro bebé?
No cabe duda que es primordial atender sus necesidades básicas de alimento, sueño, higiene o seguridad. También es de vital importancia atender las necesidades emocionales que los bebés presentan.
A veces, como adultos, nos cuesta entender qué le pasa o qué necesita. Los bebés no hablan, no se comunican de manera que los adultos podamos entender fácilmente. Ellos se comunican, sobretodo, a partir del llanto.
Cuando un bebé llora es porque alguna de sus necesidades no está cubierta. Puede ser que tenga hambre o sueño o que simplemente necesite de contacto y seguridad.
¿Cuántas veces has tenido a tu bebé dormido en brazos, has intentado dejarlo en la cuna y al segundo ha abierto los ojos? Los bebés tienen un sexto sentido. Perciben cuando su cuerpo no está en contacto seguro con otro cuerpo, sobretodo con el cuerpo de su madre.
5 motivos para portear a nuestro bebé: cómo el porteo beneficia el desarrollo integral del bebé.
El porteo es una oportunidad fantástica para atender esas necesidades emocionales y asegurar una saludable exterogestación. Un bebé en brazos o porteado regresa a las sensaciones uterinas, a sensaciones de confort y bienestar.
1. Impacto positivo en el desarrollo emocional.
Cuando un bebé siente que se atienden sus necesidades emocionales, que puede reclamar atención y amor por parte de sus cuidadores y que lo que está expresando importa en los demás, su desarrollo emocional se ve fortalecido y aseguramos que su autoestima empieza a hacerse fuerte.
Un bebé que llora y no es atendido, entiende que lo que siente no es importante y va a llevarlo a una desconexión con sus emociones que en un futuro va ha hacer que tampoco entienda las emociones de los demás. Anulando de esta manera la capacidad de empatizar, de entender que lo que le pasa al otro también es importante y válido.
2. Impacto positivo del porteo en el vínculo afectivo entre bebé y porteador/a.
El bebé porteado en una mochila ergonómica o en un fular portabebés va a estar en contacto directo con su madre o con un padre. Va a seguir notando el latido del corazón, la respiración, la voz y el olor de la persona que lo portea. Va a despertar todas esas sensaciones que ya sentía estando en la barriga de su madre. Se va a sentir seguro física y emocionalmente, además que va a favorecer muchísimo el vínculo entre bebé y porteador, favoreciendo una crianza con apego respetuosa y plena.
El porteo va a ayudar a aquellas familias que por circunstancias variadas no pudieron tener a su bebé cerca nada más nacer. Hablamos de casos de bebés prematuros, cesáreas con alguna complicación o partos y nacimientos con largas hospitalizaciones. Portear al bebé va a reforzar ese vínculo invisible y va a ayudar a revertir muchas emociones y sentimientos anclados a esos recuerdos.
3. Impacto positivo en el desarrollo físico.
Por otro lado, es necesario mencionar los beneficios físicos del porteo para el bebé. El bebé porteado va a tener un mejor desarrollo psicomotor, ya que favorece la tonificación de numerosos músculos y ayuda a mantener una posición vertebral óptima, además de favorecer el equilibrio y los reflejos. Los bebés que han pasado largos ratos en tumbonas u otros soportes tienden a un desarrollo psicomotor más lento, ya que no han disfrutado de la libertad de movimiento que se necesita en estas etapas tempranas.
4. Impacto positivo en la conciliación familiar.
Porteando a tu bebé vas a poder disfrutar de muchas otras actividades que de otra manera sería imposible. Con tu bebé en una mochila portabebés o en un fular de porteo puedes salir a caminar a la montaña, a dar un paseo sin necesidad de cargar con un carro. Vas a poder hacer cosas en casa, ya que tienes las dos manos libres. Puedes cocinar, limpiar y dentro de lo que un bebé permite, seguir con tus rutinas. Tu vas a estar tranquila y en consecuencia, tu bebé también. Los brazos están libres y el peso no recae sólo en una parte de tu cuerpo. El peso se reparte y se conoce que el porteo favorece la tonificación de la espalda de los adultos que portean.
5. El porteo facilita la lactancia materna
La lactancia materna se ve favorecida, ya que la madre segrega una dosis importante de oxitocina cuando portea a su bebé. El contacto directo con él hace que la hormona del amor aparezca fácilmente y en consecuencia la leche suba favoreciendo la lactancia natural.
¿Cómo escoger una buena mochila portabebés o fular de porteo?
Es importante escoger una buena mochila ergonómica o un fular de porteo que asegure una buena posición de todo el cuerpo del bebé y no dañe la espalda del porteador. Se deben descartar las mochilas portabebés que hacen que el bebé mire hacia delante, ya que la pelvis y las piernas no quedan en una posición natural ni ergonómica. El bebé siempre debe tener su parte delantera en contacto con el pecho del adulto y que las rodillas del bebé siempre queden más arriba que el culito, en posición de ranita y con la espalda redondeada. Debe quedar siempre a la altura de nuestra barbilla, que podamos darle un beso fácilmente y debemos asegurarnos que su nariz esté siempre despejada.
Cada bebé es único, nadie mejor que sus padres para decidir cómo portear.
Como hemos visto, los beneficios del porteo son infinitos tanto para el bebé como para la persona que portea. Es de vital importancia estar bien informado a la hora de empezar a portear, escoger una buena mochila ergonómica o un buen fular de porteo teniendo en cuenta vuestras necesidades y sobretodo las del bebé. Asegurarse que la posición en la que ponemos a nuestro bebé es la correcta y a partir de ahí solo queda disfrutar de la experiencia todo el tiempo que queráis y sintáis.
El tiempo que se puede llevar a un bebé o un niño en una mochila o en un fular de porteo es limitado. Son años que pasan rápido. Seguramente encontréis en vuestro entorno opiniones o comentarios que pueden hacer que aparezcan dudas e incluso algún sentimiento de culpabilidad. En la crianza sólo hay una verdad y es la que siente la díada madre-bebé.
Nadie mejor que la madre para saber lo que el bebé necesita y lo que es mejor para él. Teniendo la información necesaria y el convencimiento de que todo lo que se hace es por y para su beneficio, disfrutad de la crianza como merece.
Desterrar los miedos infundados por los demás, pedid ayuda siempre que lo necesitéis a expertos en el tema, probad, equivocaros y poned humor y alegría a todo lo que vais experimentando como familia.
Montse Jiménez - Maestra de educación infantil, pedagoga y doula.