¿Tengo poca leche?

Muchas madres creen que tiene poca leche para su hijo, de hecho la falta de leche es uno de los argumentos más esgrimidos para abandonar la lactancia. En la mayoría de los casos esa sensación de escasez de leche no es más que eso, una sensación debida al desconocimiento del funcionamiento del amamantamiento y por falta de apoyo.

Habitualmente todas las madres tienen la cantidad óptima de leche para sus bebés, pero hay situaciones en las que se puede tener una baja producción de leche, que puede entorpecer el crecimiento del bebé. Así mismo, pero menos frecuente, hay madres que sufren un exceso de producción de leche.

Lo que debemos saber es que la cantidad de leche que producimos se ajusta perfectamente a la demanda del bebé. La demanda y la extracción de la leche del pecho marcan la cantidad de leche que producimos: a más estimulación y vaciamiento de la glándula, más producción de leche. Pero hay ocasiones en las que producción láctea se puede ver afectada por exceso o por defecto y en ambos casos estas situaciones pueden causar una perturbación en el funcionamiento óptimo de la lactancia.

Hablamos de hipergalactia para referirnos a la existencia de un exceso en la producción de leche. ¿Y a qué se debe este exceso de producción? La lactancia materna funciona mediante un delicado equilibrio hormonal que debe funcionar como un reloj para que todo vaya bien. Cuando la glándula mamaria fabrica demasiada leche se debe fundamentalmente a dos factores:

  • Desarreglos hormonales en la madre: El Síndrome de Ovarios Poliquísticos puede producir hipergalactia en un 3% de madres que lo padecen. Así mismo las madres con hiperprolactinemia pueden tener también demasiada leche para sus bebés.

  • Bebés con dificultades de succión: Normalmente el cuerpo materno responde a las dificultades de succión del bebé produciendo poca leche. Pero hay casos, especialmente en madres que ya han dado el pecho anteriormente, en los que el cuerpo reacciona fabricando demasiada leche. El cuerpo no entiende bien cuál es la demanda del bebé y para evitar que el niño se quede sin leche la fabrica en exceso.

 Esquema sobre la Hipolapsia mamaria

Aunque pueda parecer que tener mucha leche es una suerte, este exceso de producción acostumbra a ser muy incómodo para las madres que lo padecen. La hipergalactia causa dolor y malestar en las madres ya que el pecho está tirante, inflamado, duro y además gotea constantemente. Se producen obstrucciones de repetición por la acumulación de leche y la lactancia se vuelve complicada e incómoda. Para los bebés tampoco es fácil, lejos de estar cómodos al pecho suelen mostrarse irritables y nerviosos ya que el exceso de leche que sus madres producen les causas dificultades de succión y a veces atragantamiento; es como si nos dieran de beber en porrón y no pudiéramos parar a quien nos lo da y nos viéramos obligados a tragar para no atragantarnos. Lejos de ser agradable se convierte en una pesadilla.

Cuando la situación se produce por causas hormonales es difícil encontrar una solución sencilla y hace falta contar con la ayuda con un buen endocrino que pueda valorar la situación mediante analíticas hormonales. Hay ginecólogos que recetan pastillas anticonceptivas para que la producción de leche se reduzca un poco e intentar así normalizarla.

En el caso de ser una hipergalactia por dificultades de succión lo mejor es acudir a un grupo de apoyo a la lactancia o buscar una IBCLC que pueda valorar a madre y bebé y ofrecer soluciones precisas en cada caso: modificar la postura, valorar el frenillo lingual del bebé, mostrar técnicas de compresión para frenar la salida de leche... Las madres pueden intentar buscar posturas donde su cuerpo quede reclinado hacia atrás y su bebé totalmente encima de su cuerpo. De esta manera la leche sale con más dificultad y el bebé puede regular mejor la succión y la deglución de la leche.

Pero en la mayoría de las ocasiones las madres se quejan de tener poca leche. Este fenómeno se llama hipogalactia. La hipogalactia es multifactorial y a veces difícil de determinar con exactitud la causa exacta. Vamos a ver algunas de las causas, reales, que pueden causar una baja producción de leche:

  • Hipoplasia mamaria: Son pechos hipoplásicos los pechos que tienen poco o escaso tejido mamario. No se trata de tener el pecho pequeño, el pecho pequeño tiene poca grasa, el pecho hipoplásico tiene poca glándula. Para reconocerlo no hay más que observar. Estos pechos tienen una forma muy característica, a veces las areolas sobresalen del pecho, o los pechos tiene forma de tubo o las mamas están muy separadas entre ellas. Todo esto puede ser indicativo de un pecho que tenga en su interior poco tejido mamario y por defecto pueda producción. Hay que buscar ayuda para verificar que el pecho sea hipoplásico y se puede intentar, si la madre quiere mantener una lactancia mixta.
  • SOP: El SOP que puede causar exceso de producción pero también puede causar hipogalactia. Las madres con ovarios políquisticos que han tenido dificultades para conseguir un embarazo pueden tener dificultades para establecer un buen volumen de leche para poder lactar a sus bebés. Hay una medicación específica que las madres con SOP pueden tomar, con seguridad, durante la gestación y el inicio de la lactancia que parece ayudar a normalizar su producción de leche.
  • Síndrome de Shehann: Si en el post parto (o anteriormente) se produce una hemorragia severa esta puede comprometer el funcionamiento de la hipófisis, que es el centro neurálgico de control para el funcionamiento de la lactancia. Si la hipófisis se necrosa por falta de riego sanguíneo la producción de leche puede ser insuficiente o incluso prácticamente inexistente.
  • Tiroides: Las madres que padecen problemas de tiroides durante el embarazo o anteriormente a la gestación deberían controlar justo después de parir sus niveles hormonales para poder verificar si los niveles de hormonas tiroideas son los adecuados. La medicación necesaria tanto para controlar el hipotiroidismo como el hipotiroidismo son compatible con la lactancia y en ningún caso se debe dejar de amamantar para recibir tratamiento.
  • Amenorreas sostenidas durante la adolescencia y la juventud: Durante cada menstruación nuestro pecho se desarrolla, crece y se amplía. Pero las mujeres que han sufrido ausencia de menstruación de manera recurrente en la adolescencia pueden tener poco tejido mamario y sufrir hipogalactia al intentar amamantar.
  • Retención de placenta: La producción de leche se inicia en el momento que la placenta se separa del útero. Si queda cualquier tipo de resto en el útero esto puede causar una inhibición en la subida de leche. La madre produce calostro pero parece que no se produce subida de leche después de 5-7 días post parto. En este caso basta con ecografía para detectar la retención y eliminar así los posibles restos.
  • Obesidad mórbida: Las mujeres con un índice de masa corporal a 30IMC pueden sufrir un retraso en la subía de leche. La hipogalactia puede ser temporal, sólo hay que controlar al bebé los primeros días ver su evolución de peso, suplementar si es necesario y esperar que se produzca la subida de leche que se puede retrasar, lejos de las 24-48 horas habituales.
  • Cirugía de reducción: Cuando una mujer se realiza una cirugía de reducción mamaria durante su juventud no suele ser del todo consciente de las implicaciones de este gesto. Muchos cirujanos aseguran a las mujeres que podrán lactar pero la experiencia nos dice que, al menos en las primeras lactancias, la producción conseguida suele ser insuficiente para mantener una lactancia materna exclusiva.

Otras causas de hipogalactia no relacionada con las madres son la limitación de las tomas y la lactancia con horarios. También la existencia de un frenillo lingual corto en el bebé puede causar tomas extremadamente largas o inefectivas, mala transferencia de leche y escaso aumento de peso de los bebés.

La lactancia materna es delicada, cualquier irregularidad o desequilibrio que se produzca o haya producido en el cuerpo de la madre puede causar una falta de leche. Si una mujer siente que produce poca leche debería ponerse en contacto lo antes posible con un grupo de apoyo a la lactancia, con su comadrona o buscar una IBCLC, para que juntas puedan verificar en primer lugar si realmente hay una baja producción de leche y para que si es necesario pueden encontrar la mejor solución.

 Madre dando el pecho a su bebé

Alba Padró para Espacio Lactancia

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