Postura y agarre del pecho: parte de la clave del éxito

La postura y el agarre correcto del pecho son claves para conseguir una lactancia placentera y eficaz. Por suerte la mayoría de madres ya saben que es importante y lo tiene en cuenta al empezar a amamantar.

Hoy vamos a intentar resolver dudas acerca de estos dos temas, desde Espacio Lactancia esperamos que os sean útiles.

¿Qué postura es mejor?

No hay posturas mejores que otras, la “mejor” postura es la que permite al bebé conseguir una buena transferencia de leche y mamar con eficacia. La postura, sea la que sea, debe ser cómoda para la madre, es importante colocarse bien para evitar tensiones en los hombros o en los brazos.

Lo que suelen hacer la mayoría de las madres es utilizar un par o tres de posturas durante la lactancia (y hasta que el bebé lo permite, ya que llega un punto que ellos deciden) que van combinado durante el día, según sus necesidades:

  • Estirados en paralelo para dormir por la noche
  • Postura de cuna, para estar sentada en el sofá o en una silla
  • Postura biológica, cuando la madre quiere descansar
  • Postura de rugby si se producen obstrucciones

Si no hay dificultades de succión todas son válidas. 

¿Cómo sé que la postura es correcta?

La postura es correcta cuando el bebé tiene el cuerpo alineado de manera que: oreja, hombro y cadera forman una línea recta. Hace años usábamos la frase “ombligo con ombligo” o “tripa con tripa” para explicar a las madres cuál era la postura adecuada. Ahora sabemos que en la mayoría de los casos, si la madre intenta reproducir esta frase a pies juntillas su pezón puede sufrir daños.

Las mujeres (y los hombres) no somos simétricas, cada parte de nuestro cuerpo es diferente y nuestros pechos son asimétricos.

Para entender qué posición será la adecuada para nuestro bebé, nos tenemos que sentar desnudas de cintura para arriba, bien reclinadas en una silla y observar la direccionalidad de nuestros pezones. Habitualmente los pezones no se dirigen hacia adelante (si trazamos una línea imaginaria sobre ellos en dirección a la pared de enfrente) seguramente van a ir dirigidos un poco hacia abajo y hacia el lateral. Sólo las mujeres que tienen un pecho muy turgente van a tener un pezón que se dirige elevado y al frente.

Además cada pezón suele tener una direccionalidad, de ahí la importancia de adoptar una postura diferente en cada pecho. Hay mujeres que relatan que en un pecho la postura les resulta fácil pero que en el pecho contrario no lo consiguen o les duele. Si no se sigue la direccionalidad del pezón el bebé se va a agarrar y tirar de él. Lo que puede causar grietas a la madre y mala transferencia de leche.

De nuevo sentadas y con la espalda recta situamos el bebé frente a nosotras, colocamos el pezón a la altura de su nariz (no de su boca) y esperamos que abra la boca en un ángulo superior a 90 grados. Para conseguirlo podemos apoyar la barbilla del bebé en el pecho, lo que va ha hacer que abra la boca y desplace la cabeza hacia atrás, movimientos necesarios para conseguir un buen agarre.

Si la madre realiza la postura de cuna, deberá tener presente que su mano debe situarse entre los omóplatos (la espalda) del bebé y no en el culito del bebé, de esta manera el bebé se desplazará hacia la madre con la barbilla elevada. En la postura de cuna también cabe recordar que la cabeza del bebé descansa sobre el antebrazo de la madre, no en su codo.

¿Tengo que realizar todas las posturas para tener más leche? 

Hay un mito por ahí que dice que para conseguir fabricar la máxima cantidad de leche hay que intentar hacer todas las posturas posibles. De esta manera, dice el mito, vacías todo el pecho y se genera más leche.

Lo que el mito no sabe, o quienes lo transmiten, es que la glándula mamaria es radial, lo que quiere decir que los conductos están interconectados, como la raíz de un árbol. Por tanto aún y mamando en una determinada postura el bebé puede hacerse con toda la leche que necesita.

Sólo en el caso que la madre tenga una obstrucción es recomendable situar al bebé con la barbilla dirigida a la zona donde está el bulto, ya que así la mandíbula y la lengua aplica más fuerza en la zona afectada y la podemos eliminar antes.

¿Señales de un buen agarre?

Para saber que un bebé está bien agarrado debemos tener presente los siguientes puntos:

  • La madre no tiene dolor
  • Mentón y nariz están tocando al pecho (los bebés no se ahogan por estar pegados al pecho, si no se sienten cómodos se apartaran para respirar)
  • Labios del bebé evertidos (hacia afuera)
  • Las mejillas se redondean al mamar
  • Más areola visible por encima de la boca que por la parte inferior
  • Hiperextensión del cuello del bebé
  • El pezón sale de la boca alargado

¿Cómo sé si algo va mal? 

De la misma manera estos puntos nos pueden ser útiles para comprender que algo está fallando: 

  • La madre siente dolor
  • El bebé no consigue una buena transferencia de leche que se traduce en un escaso o nulo aumento de peso
  • El bebé necesita estar mamando constantemente y no se suelta nunca por sí mismo
  • El bebé mama hundiendo las mejillas, como quien bebe de una cañita
  • Está muy separado del pecho y del cuerpo de su madre
  • Se agarra sólo del pezón
  • Tiene la cabeza gacha
  • El pezón sale deformado o pinzado de la boca ( como la punta de un pintalabios)

Mi bebé no se agarra bien ¿Qué hago?

En primer lugar intentar que se agarre solo. La mayoría de bebés cuando no se les fuerza saben agarrarse solos al pecho de su madre.

Desnúdate de cintura para arriba, siéntate inclinada de un ángulo de unos 35 grados, de esta manera el cuerpo de tu bebé va estar recostado sobre el tuyo y se va sentir estable y seguro.

Desnuda a tu bebé, dejale sólo con el pañal. Le tienes que dejar aún dormido entre tus pechos. Permite que vaya despertando, mantén una ligera sujeción sobre su cuerpo permitiendo que se mueva con libertad. Tienes que estar atenta a sus movimientos porque a veces son bruscos y puede lanzarse hacia un lado. Poco a poco irá buscando el pecho hasta que se agarre. Durante el proceso es importante que le mires y le hables, que le animes y tranquilices si se enfada…

Valora si así se agarra mejor, si sigues con dolor o incomodidad consulta a una asesora de lactancia, comadrona o Ibclc, que puedan ayudaros. 

Mi bebé no se agarra ¿Qué hago?

Cuando un bebé recién nacido o de pocos días (dejamos para otro día las causas de rechazo de bebés mayores) no se agarra al pecho debemos investigar.

Los bebés a término nacen preparados para mamar, si no lo hacen la mayoría de veces es causa de una intervención innecesaria sobre el bebé que ha perturbado sus instintos y ha impedido una buena impronta del pecho.

Si no se agarra puedes intentar el agarre que sugerimos en el punto anterior, si aún y así no se agarra intenta apretar el pecho como un sandwich para que le entre en la boca, facilitándole así el agarre. Si todo esto no funciona puedes recurrir a una pezonera de tu talla.

Siempre es mejor una lactancia con pezonera que una lactancia diferida o tener que abandonar la lactancia.

Mamá amamntando a su bebé

Alba Padró asesora de lactancia e IBCLC para Espacio Lactancia

 

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