¿Cómo le doy la leche?

El mejor envase para dar leche materna al bebé son, sin duda, los pechos de su madre. Pero por diversas circunstancias puede ser necesario dar leche materna extraída o artificial al bebé. Hay muchos motivos por los que una madre se puede ver en la necesidad de dar esa leche extra a su bebé. A grandes rasgos las razones son:


· En caso de separación madre-bebé
· Si la madre o el bebé están enfermos
· Bebés prematuros que necesitan una ayuda extra para crecer
· Bebés “bellos durmientes” que pese a poder mamar prefieren dormir a comer.

El primer recipiente en el que pensamos para suplementar a un bebé es un biberón. Actualmente existe un gran debate sobre si las tetinas causan o no la llamada “confusión tetina-pezón”. Se afirma que las tetinas no tienen porqué crear interferencias en la succión del bebé, pero lo cierto es que el pecho y la tetina se succionan de manera diferente. Los bebés deben realizar una compleja coreografía para extraer la leche del pecho, no es que les sea más fácil tomar un biberón, es que llegan a no saber qué tienen que hacer con la lengua, dónde la tienen que colocar y cómo la deben mover... Por lo tanto dejan de hacer lo más complicado, succionar el pecho.


Otro de los inconvenientes de suplementar con biberón, y que puede perturbar la lactancia materna, es la saciedad inmediata que éste causa al bebé. Cuando un bebé toma la leche en biberón suele recibir una gran cantidad de leche en poco tiempo, cosa que no pasa con el pecho. Poner una tetina en la boca de un bebé es una lotería y no sabes lo que puede llegar a pasar. Así que ante la duda siempre es más seguro optar por otros métodos de suplementación o, como veremos más adelante, dar el biberón con el llamado método Kassing.


Y aunque parezca imposible hay muchas opciones que podemos valorar si nuestro bebé necesita leche extra. Hay que saber que cada método de suplementación es diferente y se ajusta a unas necesidades concretas. No es lo mismo un bebé al que hay que suplementar un día en una toma a otro al que hay que suplementar en todas las tomas durante muchos días, como no es lo mismo un bebé de 3 días que un bebé de 6 meses.


Si se quiere dar la leche en biberón la mejor forma y la más segura para hacerlo es como os decía el llamado método Kassing. Esta técnica para dar la leche en biberón permite que el bebé tome la leche de una manera más fisiológica que con la técnica habitual. Respeta el ritmo del bebé, optimiza el volumen ingerido y ayuda al bebé a colocar la lengua de una forma similar a la succión que realiza en el pecho.


Es muy simple, se puede utilizar el biberón (recipiente) habitual sólo nos hace falta:
● Una tetina larga (2cm) y lo más blanda posible. (la tetina Calma sirve)
● Dar el biberón lo más horizontal posible para conseguir que el bebé lo tome poco a poco. El bebé debe estar recostado o sentado en una hamaquita.
● Hay que estimular el reflejo de búsqueda tocando las mejillas, los labios, la nariz del bebé y colocar la tetina en la boca cuando esté bien abierta.
● Dejar que el niño pueda controlar la velocidad y cantidad de leche que desea tomar.
● Esperar a que haga 10-15 succiones y sacarlo de la boca como el tapón de una botella de cava.
● Volver a empezar

Otras opciones para suplementar al bebé son:

Jeringa-dedo: Sólo necesitamos una jeringa sin aguja. El volumen de la jeringa se puede adecuar a la edad del bebé. Cuanto más mayor sea el bebé, mayor será el volumen de la jeringa. De esta manera evitaremos tener que cargarla una y otra vez. Colocaremos el dedo meñique (con la palma de la mano hacia arriba) en el punto donde finaliza el paladar duro y empieza el blando. Esperaremos a que el bebé empiece a succionar para pulsar el émbolo de la jeringa. Iremos presionando poco a poco el émbolo, siguiendo el ritmo de succión del bebé. Si deja de succionar no apretaremos.
Este método es ideal para los niños que presentan dificultad de succión o niños que tienen una succión inmadura, pues les ayuda a colocar la lengua de manera correcta. Es muy útil para ofrecer pequeñas cantidades de calostro o si tenemos un bebé demasiado dormilón que tiene dificultades para conseguir una toma satisfactoria.
Este método es también ideal para bebés que necesitan reaprender a succionar, para bebés a los que hay que suplementar algunas veces al día o para ofrecer pequeñas cantidades de calostro o leche.

Vaso: Es un método usado habitualmente para alimentar a bebés prematuros. Se puede usar un vaso de plástico o los típicos de cortado de las cafeterías. El vaso se sitúa en la parte superior del labio, no en la comisura inferior como hacemos los adultos. Hay que ir muy despacio y dejar que el bebé lame la leche.. No hay que verter nunca la leche en la boca del niño pues podría atragantarse o aspirar la leche. Es un método que requiere paciencia y templanza porque se suele derramar leche. Ideal para bebés pequeños a los que hay que dar un poco de calostro o leche extra o para bebés de más de 6 meses que ya tienen un buen control corporal.

Cuchara: Podemos utilizar cualquier cuchara de tamaño pequeño. Es un buen método, pero hay que ir poco a poco con los niños pequeños porque se pueden atragantar y además se suelen cansar. Como con el vaso hay que esperar a que ellos saquen la lengua y no hay que verter la leche dentro de su boca. Hay que tener paciencia. Ideal para bebés que sólo requieren ser suplementados unos días o para ofrecer pequeñas cantidades de calostro.

Vaso de inicio: Los vasos de inicio tienen un pitorro (duro o blando) en la parte superior de la que el bebé puede succionar. Se puede sacar la válvula inferior para facilitar la salida de la leche y volver a colocarla cuando el niño aprenda a succionar del adaptador del vaso. Va muy bien para niños de 4 a 6 meses que empiezan a coger ellos solitos el vaso y no aceptan la tetina. Como en el Método Kassing hay que colocar el vaso lo más horizontal posible. Para bebés mayores que no aceptan la tetina también se puede usar como recipiente una botella de agua con pitorro de las que se venden en los supermercados.

Relactador: Para poder usar un relactador es básico que el bebé quiera succionar el pecho. Para un bebé que rechaza el pecho o que tiene un agarre deficiente, éste no es un buen método. El relactador permite aumentar la producción de leche de la madre, ya que el bebé succiona el pezón a la vez que se le suplementa leche materna o artificial. Y permite hacer dos cosas a la vez, lo que ahorra tiempo a la hora de suplementar al bebé. En ocasiones puede resultar muy práctico para animar a un bebé a volver a mamar. No suele ser un buen método para las salidas fuera del hogar. Y hay que tener cuidado que el bebé no succione sólo de la sonda por lo que conviene ir pinzándola durante la toma para que el niño realice movimientos de succión en el pecho.

Biberón cuchara: Recipiente en forma de biberón que tiene una cuchara en la punta en lugar de una tetina. Combina la facilidad de volumen que da el biberón con la ventaja de no ofrecer modificaciones en la succión. Como con la cuchara y el vaso hay que tener un buen pulso y dejar que el bebé lama la cuchara. Si el bebé tiene 6 meses o más y ya tiene desconectado el reflejo de extrusión no hace falta tener estas precauciones.



Cada madre debe buscar el método más adecuado para su caso pero si tenéis dudas podéis contactar con una asesora de lactancia que os pueda aconsejar sobre cuál es el mejor método para vosotras y vuestro bebé.

Alba Padró Arocas, asesora de lactancia e IBCLC para  Espacio Lactancia

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